NO
EN NUESTRO NOMBRE
Este
año ha estado marcado más que nunca por la presencia
de la guerra en todo el planeta.
Millones de mujeres y hombres han salido a la calle contra
la guerra...
El movimiento antiguerra ha estado liderado y sostenido desde
siempre y día a día por las mujeres en todos
los continentes. El movimiento de mujeres por la salud no
podía quedar al margen y durante todo el año
ha estado movilizando y participando en todas las manifestaciones.
Una muestra de todo lo escrito es el siguiente manifiesto
de la Red de Salud de las Mujeres de Latinoamérica
y el Caribe.
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LAS GUERRAS SON UN ARMA BIOLÓGICA
Da igual que
sean instrumentos de destrucción masiva, biológicos,
gases tóxicos, la madre de todas las bombas, cohetes, misiles,
balas comunes, cuchillos, armas atómicas...
Cualquiera que sea, una guerra siempre cumple el papel de destruir
vidas humanas, plantas, animales;modificar microorganismos para
los cuales se necesitan siglos para desarrollar defensas...
En suma, todas
las guerras, cada año más sofisticadas en su capacidad
destructiva, afectan el delicado balance de la vida en el planeta,
por lo que es inmoral llamarlas como si no fuesen ataques biológicos,
porque sí lo son.
Genocidios
de pueblos ancestrales, desaparición de especies animales
y vegetales, todos ellos únicos en su especie, irrepetibles
en su bagaje cultural, genético, tecnológico, de relacionamientos
y sutiles redes.
Por cierto,
las mujeres, niñas y niños son los más impactados
en diversas formas, afectando así al centro mismo del presente
y del futuro humano, sometiéndoles a crueldades sin precedentes
que violan toda razón y derechos humanos.
Y si se trata
de rechazar guerras biológicas, bacteriológicas, no
importa que las llamen con nombres mesiánicos, como el bien
contra el mal, lo cierto es que se está atacando y afectando
la salud física, mental. social y ambiental de todos los
seres que habitamos este planeta. Rechazar la guerra es defender
la vida y la salud: la suya, la nuestra, la de GAIA.
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