LA MATERNIDAD ¿ERA ESTO?
<Victoria Sau>
Cuando vamos
por la calle y nos cruzamos con personas de toda índole y
edad;cuando nos atienden en un mostrador, cuando cruzamos la calle
en bloque con un montón de gente; cuando adquirimos todos
los productos necesarios para la vida que tantos individuos distintos
han manipulado hasta llegar el momento final de su adquisición
y consumo;qué pocas veces nos detenemos a pensar que cada
uno/a de ellos/as es el resultado de una mujer que de buen grado
o no tanto, pasó por un embarazo, sufrió la experiencia
y el riesgo de un parto, y muy probablemente crió a ese ser
humano durante años, atendiéndole en sus necesidades
más básicas, incluidas las psíquicas. Un compromiso
humano para con otro ser humano para que nazca, crezca, sea un alguien
en el mundo. Una
inversión tremenda en tiempo, en energía, en interacción
de sentimientos tan variados como el miedo, el amor, la ternura,
la piedad, el dolor y la esperanza. Y un compromiso, un vínculo,
que a pesar de tomar formas distintas con el paso del tiempo, perdura
hasta la muerte.
Generalmente
sólo pensamos en las mujeres como madres cuando vemos a nuestro
alrededor niñas y niños. Porque en el fondo esperamos
que corran a atenderlos. Pero este es un reduccionismo de la maternidad.
Todo individuo, tenga la edad que tenga, está ahí
porque otro individuo, una mujer, lo quiso así, lo consintió
o lo toleró;en cualquier caso nadie viene de la nada sino
de un principio que a su vez tuvo el suyo propio. Y
este principio se le llama eufemísticamente "maternidad".
¿Por qué eufemísticamente? La pregunta se convierte
en una nueva pregunta: ¿por qué ser hijo o hija de
una mujer tiene tan poca importancia, por no decir ninguna? O, más
aun, una importancia en sentido negativo cuando el sujeto es un
"hijo o hija de puta", o sea, que sólo tiene madre?
La paternidad,
categoría sociopolítica que es privilegio de varones
aunque sólo una minoría la desarrolla hasta sus últimas
consecuencias, decide y reparte suertes a conveniencia sobre los
seres humanos que obtiene gratis de las mujeres. Clasifica, categoriza,
distribuye, imparte, reparte, condiciona, exige, castiga y más
tarde legisla sobre ello para que todo sea legal. Así no
es extraño que incluso las propias mujeres -del área
occidental, que yo sepa, hayan hecho suya la máxima masculina
de que maternidad es sinónimo de "lavar culitos de niños".
Y quizás tenga dramáticamente razón. Quizá
es en esto lo que ha venido a parar la maternidad en el seno del
patriarcado
Si la maternidad
se hubiera desarrollado en lo social, político y cultural
como lo ha hecho la paternidad, ¿tendrían que mendigar
las mujeres su derecho al aborto?¿Habrían tenido que
desfilar en la Plaza de Mayo bonaerense para reclamar al padre-poder,
demasiado tarde, sus hijas e hijos?¿Se habrían creado
las Mujeres de Negro contra la guerra y la violación de ellas
mismas en la ex Yugoslavia? Formas de "maternidad a posteriori"
que quizá alivian el dolor pero que no evitan que se reproduzca
en cualquier momento y en cualquier otra parte. ¿Dónde
está sino, la maternidad en instituciones que son eje organizador
del mundo tales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional,
la Trilateral, la gran industria, los Ministerios mal llamados de
Defensa y así sucesivamente? La paternidad sin maternidad
es la más cruel de las monarquías absolutas. Es la
dictadura más férrea, en la que el propio dictador
se autolegitima. Es la que ha convertido a los hijos e hijas de
las mujeres en amos y esclavos, en ricos y pobres, en poseedores
y desheredados, en Norte y Sur, en mujeres naturales y hombres artificiales
(de engaño-artificio).
La democracia
seguirá siendo una caricatura de sí misma mientras
subsista tal estado de cosas:mientras las mujeres les paran y críen
a los padres hijos e hijas para su uso y consumo; mientras no sean
más que un torpe medio para un fin que les es ajeno, salvo
si lo hacen suyo por alienación.
Victoria
Sau
(Publicado
originalmente en Informatiu Dona. 1994. Ajuntament BCN)
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